Elementos del clima: Nubosidad

Con el heliógrafo podemos conocer los intervalos de tiempo en los que el cielo ha estado cubierto por las nubes, ya que aparecen zonas sin carbonizar en las cartulinas de registro, pero este método no nos proporciona información sobre el tipo de nubes.

El uso de cámaras de observación nos permite tener una mejor información sobre el tipo de nubes y también sobre la evolución dela nubosidad en las zonas próximas al observatorio.

Con los datos procedentes de los distintos observatorios podemos elaborar mapas en los que podemos trazar líneas isonefas, que unen los puntos de igual nubosidad.

Para grandes áreas debemos recurrir a las imágenes proporcionadas por los satélites meteorológicos

La nubosidad es la proporción de cielo cubierta por nubes y se suele expresar en octavos de cielo cubierto u octas.

representación de la nubosidad

En la práctica la nubosidad se aprecia sin ningún aparato, simplemente se agrupan todas las nubes que se observan en un determinado momento y se divide imaginariamente el cielo en dos partes: la cubierta y la libre de nubes.

Para la apreciación de la nubosidad hay que tener en cuenta que las nubes más alejadas del observador se ven juntas (a pesar de que pueden estar muy separadas), especialmente si son gruesas. Al observar la cantidad total de nubes hay que tener en cuenta que no se deben excluir ninguno de los tipos y se han de contar también los velos transparentes o casi transparentes que forman los cirrus.

La altura a la que se encuentra la base de una nube es un parámetro muy importante ya que afecta a su temperatura y, en parte, a su constitución física.

Resulta también muy interesante determinar la dirección de desplazamiento de las nubes ya que es un buen indicador de la dirección del viento en el nivel en el que se encuentran.

En las nubes bajas la medida es relativamente sencilla ya que sus movimientos son más rápidos debido a su proximidad al observador. En general, para determinar el movimiento de las nubes, hay que fijarse en una en particular y observar su movimiento en relación a un sistema fijo, como puede ser una montaña, un árbol o un edificio. Entonces, y sin moverse, deben tomarse dos medidas de posición y, a partir de las mismas, determinar la dirección, el sentido y la velocidad de la nube.

Para las nubes altas, que se mueven a una velocidad aparente más reducida, deben esperarse cinco o más minutos entre las dos medidas.