Usos
Tiene
un 92% del poder ascensional del hidrógeno, aunque
pese dos veces más. Debido a que no es combustible,
el helio se prefiere al hidrógeno para producir
la ascensión de los globos aerostáticos
y en los globos sonda que se envían a la atmósfera
con fines científicos y que pueden alcanzar alturas
de hasta 30 km. Estos globos pueden permanecer horas e
incluso dias en la atmósfera lo que constituye
una ventaja respecto de los cohetes.
En cirugía,
se utilizan cabezas de helio ionizado en el tratamiento
de tumores de los ojos, estabilizando o provocando la
remisión de los mismos y para reducir el flujo
sanguíneo en pacientes con malformaciones cerebrales.
Otro uso común
del helio es como aire artificial, mezclado con oxígeno,
para los buzos. En los trabajos subacuáticos la
presión es superior a la presión atmosférica
normal y en estas condiciones aumenta la solubilidad de
los gases en los fluidos corporales. Si se respira aire
normal, el oxígeno
es consumido por el organismo pero el nitrógeno
permanece en disolución en los líquidos
corporales.
Al ascender y
consiguientemente disminuir la presión tambien
disminuye la solubilidad del nitrógeno y se desprende
el exceso en forma de burbujas que pasan al flujo sanguíneo,
produciendo intensos dolores, parálisis e incluso
la muerte. Este problema se reduce en gran medida si se
respira aire artificial, mezcla de oxígeno y helio,
debido a la escasa solubilidad del helio.
En personas con
asma y otros problemas respiratorios también suelen
utilizarse las mezclas de oxígeno y helio ya que
su menor densidad y mayor fluidez facilitan la respiración.
También
se usa como atmósfera inerte en la soldadura de
arco para metales ligeros tales como aleaciones de
magnesio y aluminio
que pueden oxidarse si la soldadura se realiza en presencia
de oxígeno; el helio protege las partes calentadas
del ataque por el aire.
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