Usos
En
plan de broma, diremos que una de las principales aplicaciones
del arsénico es como veneno en las novelas de Agatha
Christie. El arsénico se agrega para endurecer
el plomo (1% de arsénico
) en la fabricación de perdigones y se usa en la
industria del vidrio (0,5% de trióxido de arsénico)
para eliminar el color verde que producen las impurezas
de los compuestos de hierro.
Hasta el descubrimiento
de la penicilina era de gran importancia en el tratamiento
de algunas enfermedades como la sífilis.
El arseniato de
plomo y el arseniato de calcio se usan como insecticidas.
El arseniuro de galio (GaAs), se usa en semiconductores
y para la preparación de láseres.
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El disulfuro de arsénico
(As2 S2 ), conocido como
rojo oropimente o arsénico rubí,
se usa como pigmento en la fabricación
de fuegos de artificio y pinturas. En cualquier
caso, el arsénico es un poderoso veneno
y su frecuente uso lo convierte en un contaminante
muy frecuente. La prueba de Marsh, llamada así
por su inventor, el químico inglés
James Marsh, proporciona un método simple
para detectar rastros de arsénico que escaparían
al análisis ordinario.
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La muestra se
coloca en una fuente de hidrógeno y cualquier presencia
de arsénico se convierte en arsina, (AsH3),
que se mezcla con la corriente de hidrógeno. Si
el flujo de hidrógeno
se calienta al pasar por un tubo de vidrio, la arsina
se descompone, y el arsénico metálico se
deposita en el tubo produciendo unas pequeñas manchas
perfectamente apreciables.
Por este método
pueden ser detectadas cantidades del orden de 0,1 mg de
arsénico o de antimonio
y se utiliza en la determinación forense de rastros
de arsénico en el organismo.
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