El
yodo fue descubierto en 1.811 por Bernard Courtois
(1.777-1.838), un fabricante francés de
nitro, mientras trataba de obtener esta sustancia
a partir de las cenizas de las algas marinas.
El descubrimiento
fue confirmado y anunciado por los químicos
franceses Charles Desormes y Nicholas Clément.
Al tratar en caliente el extracto alcalino de
las cenizas con ácido sulfúrico
se desprendía un vapor de color violeta
que se condensaba en escamas de color gris brillante.
En 1.814
Gay-Lussac demostró que se trataba de un
nuevo elemento y le llamó yodo, del griego
violeta. |