Los últimos cambios importantes en la tabla
periódica son el resultado de los trabajos de Glenn Seaborg
a mediados del siglo XX, empezando con su descubrimiento del plutonio
en 1940 y, posteriormente, el de los elementos transuránidos
del 94 al 102.
Seaborg, premio Nobel de Química en 1951, reconfiguró
la tabla periódica poniendo la serie de los actínidos
debajo de la serie de los lantánidos.
En las tablas escolares suele representarse el símbolo,
el nombre, el número atómico y la masa atómica
de los elementos como datos básicos y, según su complejidad,
algunos otros datos sobre los elementos.