Ley de las tríadas
En 1817 Johann Dobereiner (a la izquierda)
observó que el peso atómico del estroncio
era aproximadamente la media entre los pesos del calcio
y del bario, elementos que poseen
propiedades químicas similares.
En 1829, tras descubrir la tríada de halógenos compuesta
por cloro, bromo
y yodo, y la tríada de metales
alcalinos litio, sodio
y potasio, propuso que en la naturaleza
existían tríadas de elementos de forma que el central
tenía propiedades que eran un promedio de los otros dos miembros
de la tríada (la Ley de Tríadas).
Esta nueva idea de tríadas se convirtió en un área
de estudio muy popular. Entre 1829 y 1858 varios científicos
(Jean Baptiste Dumas, Leopold Gmelin, Ernst Lenssen, el von de Max
Pettenkofer, y J.P. Cooke) encontraron que estos tipos de relaciones
químicas se extendían más allá de las
tríadas.
Durante este tiempo se añadió el flúor
al grupo de los halógenos; se agruparon oxígeno,
azufre, selenio
y teluro en una familia mientras
que nitrógeno, fósforo,
arsénico, antimonio
y bismuto fueron clasificados en
otra.
Las investigaciones llevadas a cabo presentaban la dificultad de
que no siempre se disponía de valores exactos para las masas
atómicas y se hacía difícil la búsqueda
de regularidades.
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